«La trampa de la polarización en los medios y la oportunidad para un nuevo periodismo»

La Argentina está atrapada en una polarización extrema, una grieta que no solo divide a la sociedad, sino también a los medios de comunicación. Esta fragmentación política no es casual ni reciente: fue instalada y profundizada por Mauricio Macri y Cristina Kirchner, y bautizada como «la grieta» por el periodista Jorge Lanata. Hoy, lejos de disminuir, sigue siendo explotada por los actores políticos y mediáticos, quienes han convertido la información en un arma de trincheras.

La Nación+ y América 24: la fragmentación como estrategia fallida

Recientemente, el empresario Juan Cruz Ávila decidió trasladar a gran parte del equipo de La Nación+ a América 24, con la intención de ampliar su influencia mediática. Sin embargo, la jugada no tuvo el impacto esperado. La audiencia no migró masivamente y, en lugar de consolidar un nuevo polo de información, el resultado fue una división que debilitó ambas plataformas. Los televidentes oficialistas, en lugar de seguir a sus conductores de referencia, se dispersaron entre otras opciones como TN, C5N o IP, Net TV lo que refleja una saturación del modelo de medios hiperpolitizados.

Medios ultraoficialistas: el riesgo de predicar para los propios

Tanto La Nación+ como América 24 siguen un patrón que recuerda a 678, el programa kirchnerista que transmitía la TV Pública durante los gobiernos de Cristina Kirchner. Su función no es informar sino reforzar una narrativa, asegurando que la audiencia oficialista permanezca alineada con el discurso del gobierno. Pero esta estrategia tiene un límite: el crecimiento. Un medio que solo habla para sus propios seguidores no tiene capacidad de expandir su influencia ni de convencer a nuevos sectores.

Esto plantea un interrogante: ¿por qué los gobiernos insisten en invertir en medios que solo llegan a una audiencia ya cautiva? La respuesta radica en el control del relato y en la contención de la disidencia interna. No se trata tanto de ganar votos nuevos, sino de evitar fugas y mantener la cohesión dentro del propio electorado.

La oportunidad para un nuevo periodismo

La saturación del discurso polarizado abre una ventana de oportunidad para un periodismo genuino, aquel que garantice la diversidad de voces y recupere la credibilidad perdida. Hay un público hastiado de la grieta, que busca información rigurosa, sin bajadas de línea ni manipulaciones. Este sector, que hoy se encuentra huérfano de medios de referencia, podría convertirse en la clave para el éxito de un nuevo espacio mediático.

Para que un canal o medio logre capturar a este público, debe adoptar una línea editorial basada en el equilibrio, el pluralismo y la investigación periodística seria. No se trata de buscar una «neutralidad forzada», sino de garantizar que todas las posturas tengan un espacio real, permitiendo que la audiencia forme su propia opinión sin ser manipulada.

El periodismo debe recuperar su esencia

El verdadero periodismo no está al servicio de un partido político ni de una agenda gubernamental. Su función es informar con veracidad, cuestionar el poder sin distinción y ofrecer una plataforma para el debate abierto. La grieta es un negocio rentable para algunos, pero su costo es la desinformación y la pérdida de confianza en los medios. En este contexto, el medio que logre romper con la lógica binaria de la comunicación política podrá posicionarse como una referencia de calidad y credibilidad en un mercado saturado de propaganda disfrazada de noticias.

Es momento de que el periodismo recupere su esencia. La audiencia lo está exigiendo.-

El autor, es el periodista Roberto Anselmino.-